Se acerca ya el Encuentro Diocesano de Catequistas que cada año solemos celebrar al final de la Cuaresma. La intención primera de esta carta es animarte a participar, pues en este Encuentro anual solemos encontrarnos con el Obispo de nuestra Diócesis y con un buen grupo de catequistas representativos de todas las Parroquias de la provincia.
Creo que es muy importante que nosotros, que tantas horas empleamos en animar y despertar la fe de los demás, cuidemos también un poco de nosotros y recobremos el entusiasmo de la fe. El Papa Francisco lo expresaba con palabras más bellas en la Fiesta de acogida de los jóvenes en la JMJ de Río de Janeiro:
“...Hoy Jesús nos sigue preguntando: ¿Quieres ser mi discípulo? ¿Quieres ser mi amigo? ¿Quieres ser testigo del Evangelio? ...Estas preguntas nos invitan a renovar nuestro compromiso cristiano. Vuestras familias y comunidades locales os han transmitido el gran don de la fe. Cristo ha crecido en vosotros. Hoy quiere venir aquí para confirmaros en esta fe: la fe en Cristo vivo que habita en vosotros. Pero he venido yo también para ser confirmado por el entusiasmo de vuestra fe. ¡Vosotros sabéis que en la vida de un obispo hay tantos problemas que piden ser solucionados! Y con estos problemas y dificultades, la fe del obispo puede entristecerse. ¡Qué feo es un obispo triste! ¡Qué feo que es! Para que mi fe no sea triste he venido aquí para contagiarme con el entusiasmo vuestro.” (Papa Francisco, Jueves 25 de julio de 2013)
Es cierto: ¡Qué feo es un obispo triste! ¡...Y qué feo es un catequista triste! ¡Qué feo que es! Con la humildad del Papa Francisco, hemos de reconocer que los catequistas necesitamos encontrarnos para contagiarnos el entusiasmo de la fe, sin el cual no es posible evangelizar hoy.
“...Hoy Jesús nos sigue preguntando: ¿Quieres ser mi discípulo? ¿Quieres ser mi amigo? ¿Quieres ser testigo del Evangelio? ...Estas preguntas nos invitan a renovar nuestro compromiso cristiano. Vuestras familias y comunidades locales os han transmitido el gran don de la fe. Cristo ha crecido en vosotros. Hoy quiere venir aquí para confirmaros en esta fe: la fe en Cristo vivo que habita en vosotros. Pero he venido yo también para ser confirmado por el entusiasmo de vuestra fe. ¡Vosotros sabéis que en la vida de un obispo hay tantos problemas que piden ser solucionados! Y con estos problemas y dificultades, la fe del obispo puede entristecerse. ¡Qué feo es un obispo triste! ¡Qué feo que es! Para que mi fe no sea triste he venido aquí para contagiarme con el entusiasmo vuestro.” (Papa Francisco, Jueves 25 de julio de 2013)
Es cierto: ¡Qué feo es un obispo triste! ¡...Y qué feo es un catequista triste! ¡Qué feo que es! Con la humildad del Papa Francisco, hemos de reconocer que los catequistas necesitamos encontrarnos para contagiarnos el entusiasmo de la fe, sin el cual no es posible evangelizar hoy.
En segundo lugar, como podrás ver en el díptico adjunto a este email, el tema de reflexión este año es la familia y su relación con la catequesis.
Cada vez vemos más claro que la iniciación cristiana de los niños no se puede lograr sin la ayuda de la familia, y menos aún con ella en contra. Por eso, es fundamental que desde el principio nos ganemos la confianza de las familias de nuestros niños, haciendo conscientes a los padres de la importancia de la fe para la vida de los niños y de su importante papel como primeros educadores en la fe de sus hijos.
Por desgracia, no todos estarán por la labor de colaborar... Sin embargo, conviene no olvidar que muchos padres llevan en su interior la semilla de la fe y de la vida cristiana. Por eso, aunque en su juventud o noviazgo hayan abandonado la relación con la Misa dominical, la catequesis de su hijo/a puede ser un buen momento para retomar la fe. No deberíamos subestimar el poder de la gracia de Dios, ni el amor de los padres por sus hijos.
Cada vez vemos más claro que la iniciación cristiana de los niños no se puede lograr sin la ayuda de la familia, y menos aún con ella en contra. Por eso, es fundamental que desde el principio nos ganemos la confianza de las familias de nuestros niños, haciendo conscientes a los padres de la importancia de la fe para la vida de los niños y de su importante papel como primeros educadores en la fe de sus hijos.
Por desgracia, no todos estarán por la labor de colaborar... Sin embargo, conviene no olvidar que muchos padres llevan en su interior la semilla de la fe y de la vida cristiana. Por eso, aunque en su juventud o noviazgo hayan abandonado la relación con la Misa dominical, la catequesis de su hijo/a puede ser un buen momento para retomar la fe. No deberíamos subestimar el poder de la gracia de Dios, ni el amor de los padres por sus hijos.
En fin, que nos gustaría contar con tu presencia aunque sólo sea un rato. Te dejo el programa, un esquema de la charla que ha preparado el profesor de la Universidad de San Dámaso de Madrid sobre "La familia y el despertar religioso de los niños" y un cartel por si lo quieres colocar en tu Parroquia.
¡Ah! Si puedes, reenvía este mensaje a tus catequistas amigos/as para que también a ellos les llegue la invitación de la Delegación Diocesana de Catequesis.
¡Que el Señor bendiga tu dedicación y esfuerzos en esta bella tarea de la Evangelización!
¡Ah! Si puedes, reenvía este mensaje a tus catequistas amigos/as para que también a ellos les llegue la invitación de la Delegación Diocesana de Catequesis.
¡Que el Señor bendiga tu dedicación y esfuerzos en esta bella tarea de la Evangelización!
Julio Segurado Cobos, Delegado de Catequesis de la Diócesis de Jaén